El gobierno mexicano privilegia intereses particulares por sobre la salud infantil, dijo el Director Ejecutivo de El Poder del Consumidor en la tercera plenaria del Congreso Mundial de CI dedicada esta vez al tema de los ‘Alimentos seguros y nutritivos para todos’.
Calvillo, que compartió el panel con Jorgen Schlundt, subdirector del Instituto Nacional de Alimentos de la Universidad Técnica de Dinamarca, Alan Jope, Presidente de Unilever, Greater China, y Jean Halloran, Directora de Políticas Alimentarias de Consumers Union de Estados Unidos, se refirió a “la incapacidad del gobierno mexicano para enfrentar la epidemia de sobrepeso y obesidad que ha llevado a la infancia mexicana a ocupar el primer lugar mundial”.
Principales omisiones
La falta de políticas para enfrentar la epidemia de sobrepeso y obesidad infantil; el fracaso de la prohibición de la venta de comida chatarra al interior de las escuelas; la falta de aplicación de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que los gobiernos protejan a los menores de la publicidad de estos productos, y la ausencia de campañas de orientación alimentaria y etiquetados que realmente informen y orienten al consumidor, fueron expuestas por el Director de EPC como las principales omisiones del gobierno mexicano “que han contribuido a que uno de cada tres niños tenga sobrepeso u obesidad”.
Chatarra en las escuelas
A pesar de que la población infantil de México ocupa ya el primer lugar mundial en sobrepeso y obesidad, dijo Calvillo, “el gobierno mexicano ha sido incapaz de llevar adelante ninguna de las regulaciones que ya han entrado en vigor en otros países. La Secretaría de Educación Pública y la Secretaría de Salud presentaron una propuesta para regular la venta de alimentos y bebidas al interior de los planteles escolares, sin embargo, las grandes empresas lograron deformar la regulación propuesta, de tal manera, que perdió vigor, quedándose la chatarra en las escuelas”.
Pregunta para Unilever
El director de EPC citó los comentarios enviados por grandes empresas como Coca Cola y Pepsico a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria en donde expresaban su oposición a la regulación propuesta y leyó -ante el jefe de Unilever en China, Alan Jope, presente en la sesión-, parte del comentario de la propia Unilever.
En el comentario que Unilever envió a la COFEMER, “argumentó que no había razones para que no se permitiera la entrada de productos con edulcorantes no calóricos a las escuelas de educación básica”. Calvillo le preguntó si ésta era la política de Unilever en regiones como Europa, explicándole que en ningún país donde se han regulado los alimentos en las escuelas, se ha permitido la entrada de estos productos. El funcionario no respondió a la pregunta.
Como se recordará, en mayo de 2010 la OMS presentó recomendaciones a los gobiernos señalándoles que eran responsables de evitar que los menores estuvieran expuestos a la publicidad que daña sus hábitos alimentarios.
Publicidad ignorada
Lamentablemente, “más allá de reconocer que la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia es uno de los factores que provoca el deterioro de los hábitos alimentarios, la Secretaría de Salud no ha iniciado ningún procedimiento para regularla”, dijo el Director de EPC. De hecho, “el proyecto de reforma al Reglamento a la Ley General de Salud en Materia de Publicidad presentado recientemente por COFEPRIS, no contiene nada sustancial referente a este tipo de publicidad, desoyendo las recomendaciones de la OMS”.
Alejandro Calvillo dio datos contundentes y difíciles de eludir: “Se calcula que 150 mil personas requieren diálisis y el Seguro Popular no la cubre. Las familias de clase media y baja no pueden sostener los costos mensuales de las diálisis: o van a la ruina financiera o su enfermo se muere”.
Calvillo, que compartió el panel con Jorgen Schlundt, subdirector del Instituto Nacional de Alimentos de la Universidad Técnica de Dinamarca, Alan Jope, Presidente de Unilever, Greater China, y Jean Halloran, Directora de Políticas Alimentarias de Consumers Union de Estados Unidos, se refirió a “la incapacidad del gobierno mexicano para enfrentar la epidemia de sobrepeso y obesidad que ha llevado a la infancia mexicana a ocupar el primer lugar mundial”.
Principales omisiones
La falta de políticas para enfrentar la epidemia de sobrepeso y obesidad infantil; el fracaso de la prohibición de la venta de comida chatarra al interior de las escuelas; la falta de aplicación de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que los gobiernos protejan a los menores de la publicidad de estos productos, y la ausencia de campañas de orientación alimentaria y etiquetados que realmente informen y orienten al consumidor, fueron expuestas por el Director de EPC como las principales omisiones del gobierno mexicano “que han contribuido a que uno de cada tres niños tenga sobrepeso u obesidad”.
Chatarra en las escuelas
A pesar de que la población infantil de México ocupa ya el primer lugar mundial en sobrepeso y obesidad, dijo Calvillo, “el gobierno mexicano ha sido incapaz de llevar adelante ninguna de las regulaciones que ya han entrado en vigor en otros países. La Secretaría de Educación Pública y la Secretaría de Salud presentaron una propuesta para regular la venta de alimentos y bebidas al interior de los planteles escolares, sin embargo, las grandes empresas lograron deformar la regulación propuesta, de tal manera, que perdió vigor, quedándose la chatarra en las escuelas”.
Pregunta para Unilever
El director de EPC citó los comentarios enviados por grandes empresas como Coca Cola y Pepsico a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria en donde expresaban su oposición a la regulación propuesta y leyó -ante el jefe de Unilever en China, Alan Jope, presente en la sesión-, parte del comentario de la propia Unilever.
En el comentario que Unilever envió a la COFEMER, “argumentó que no había razones para que no se permitiera la entrada de productos con edulcorantes no calóricos a las escuelas de educación básica”. Calvillo le preguntó si ésta era la política de Unilever en regiones como Europa, explicándole que en ningún país donde se han regulado los alimentos en las escuelas, se ha permitido la entrada de estos productos. El funcionario no respondió a la pregunta.
Como se recordará, en mayo de 2010 la OMS presentó recomendaciones a los gobiernos señalándoles que eran responsables de evitar que los menores estuvieran expuestos a la publicidad que daña sus hábitos alimentarios.
Publicidad ignorada
Lamentablemente, “más allá de reconocer que la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia es uno de los factores que provoca el deterioro de los hábitos alimentarios, la Secretaría de Salud no ha iniciado ningún procedimiento para regularla”, dijo el Director de EPC. De hecho, “el proyecto de reforma al Reglamento a la Ley General de Salud en Materia de Publicidad presentado recientemente por COFEPRIS, no contiene nada sustancial referente a este tipo de publicidad, desoyendo las recomendaciones de la OMS”.
Alejandro Calvillo dio datos contundentes y difíciles de eludir: “Se calcula que 150 mil personas requieren diálisis y el Seguro Popular no la cubre. Las familias de clase media y baja no pueden sostener los costos mensuales de las diálisis: o van a la ruina financiera o su enfermo se muere”.
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