Luis Flores de CI, quien coordina nuestro rol como socios organizadores de las ONG en el proceso de Río+20, examina los posibles resultados del complejo debate sobre consumo sustentable
Aunque existe un acuerdo generalizado entre los gobiernos acerca de la urgente necesidad de cambiar los insustentables patrones actuales de consumo, a medida que el proceso internacional de negociaciones sigue avanzando hacia la Cumbre de la Tierra Río+20, no hay mucho acuerdo sobre cómo hacerlo.
En este momento las negociaciones de Río+20 están considerando dos enfoques estratégicos en relación con el tema que más preocupa a las organizaciones de consumidores, el consumo y la producción sustentables (CPS), aunque hasta hoy ninguno de ellos se presenta como suficientemente sólido y operativo.
En primer lugar está el marco de Programas a 10 años (10YFP) sobre Consumo y Producción Sustentables. Esta propuesta ya cuenta con una historia previa en los procesos institucionales de Naciones Unidas, que se origina en el Plan de Implementación de la Cumbre de Johannesburgo y continúa a través del Proceso de Marrakech y cuenta con un texto ya aprobado por los gobiernos en el ciclo 18-19 de la Comisión de Desarrollo Sustentable de Naciones Unidas. Actualmente se le hace una referencia explícita (párrafo 97) en el borrador del acuerdo de Río: ‘El futuro que deseamos’.
En segundo lugar está la idea de un "pacto global" sobre CPS que ha surgido en el debate de manera más reciente. Este acuerdo global podría, eventualmente, promover el diálogo y la colaboración en el intercambio de información, conocimientos y capacidades en respaldo de una serie de iniciativas orientadas a fortalecer el CPS, incluyendo el trabajo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente sobre CPS.
La propuesta de ‘pacto global’ suena bien, pero el gran riesgo es que resulte más bien una simple declaración de principios e intenciones que, a estas alturas, sigue careciendo de contenidos específicos, que puedan aportar elementos para un cambio real en los actuales patrones de producción y consumo.
Existe además el peligro de que el 'pacto global' se convierta en un medio para evitar el compromiso real de las instituciones en torno al CPS, trabándose de este modo la aprobación del 10YFP en la Cumbre de Río.
Tampoco se he definido si ambos enfoques se complementan o si se sustituyen uno por otro. Por lo tanto, aún las negociaciones están en un estado de avance demasiado general y abstracto. Es posible que a lo largo de las negociaciones ambas opciones puedan adoptarse, lo cual podría ser el mejor de los escenarios.
A estas alturas sigue habiendo demasiados asuntos sin ser resueltos y demasiados problemas como para tener una idea clara de cuál de estas dos alternativas abordaría con mayor eficacia el CPS, asegurando soluciones sustentables reales y concretas a los variados problemas que hoy enfrentamos.
CI respalda la aprobación del 10YFP en Río, pero su mera inclusión en el texto final no es garantía de su implementación.
¿Qué hacer, entonces?
Esta es la principal pregunta de CI para el momento en que los gobiernos reanuden sus negociaciones sobre el documento de la Conferencia sobre desarrollo sustentable de la ONU (UNCSD o Río+20) durante el mes de abril, luego de las negociaciones sostenidas en marzo pasado en la sede central de la ONU en Nueva York.
Segunda Ronda de Negociaciones
Para evaluar cuál será el mejor camino a seguir tendremos que esperar una segunda rueda de negociaciones, la cual se realizará en la sede de la ONU en Nueva York entre el 23 de abril y el 4 de mayo próximo.
En cualquier caso, los gobiernos deberían ser capaces de dar un paso adelante en materia de CPS en Río. Es preciso que entreguen un marco de acción claro y concreto para todos los participantes, ya sea este el 10YFP o el 'pacto global' sobre CPS.
Esto implicaría nuevos trabajos sobre los vínculos entre la producción y el consumo y su impacto en la salud de las personas y en el medio ambiente y la entrega de más y mejor información para la toma de decisiones.
Todas ellas acciones lentas, pero concretas, hacia la sostenibilidad.
CI es la socia organizadora del grupo principal de ONG en el proceso hacia Río+20. Los grupos principales de la ONU son 9 en total: Mujeres, Niños y juventud, Comunidades autóctonas, Organizaciones no gubernamentales, Autoridades locales, Trabajadores y sindicatos, Empresas e industria, Comunidades científica y tecnológica, Campesinos y pequeños propietarios de bosques. CI comparte su papel con la Alianza del Norte para la Sostenibilidad y con la Alianza Mundial para la Participación Ciudadana.
En este momento las negociaciones de Río+20 están considerando dos enfoques estratégicos en relación con el tema que más preocupa a las organizaciones de consumidores, el consumo y la producción sustentables (CPS), aunque hasta hoy ninguno de ellos se presenta como suficientemente sólido y operativo.
En primer lugar está el marco de Programas a 10 años (10YFP) sobre Consumo y Producción Sustentables. Esta propuesta ya cuenta con una historia previa en los procesos institucionales de Naciones Unidas, que se origina en el Plan de Implementación de la Cumbre de Johannesburgo y continúa a través del Proceso de Marrakech y cuenta con un texto ya aprobado por los gobiernos en el ciclo 18-19 de la Comisión de Desarrollo Sustentable de Naciones Unidas. Actualmente se le hace una referencia explícita (párrafo 97) en el borrador del acuerdo de Río: ‘El futuro que deseamos’.
En segundo lugar está la idea de un "pacto global" sobre CPS que ha surgido en el debate de manera más reciente. Este acuerdo global podría, eventualmente, promover el diálogo y la colaboración en el intercambio de información, conocimientos y capacidades en respaldo de una serie de iniciativas orientadas a fortalecer el CPS, incluyendo el trabajo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente sobre CPS.
La propuesta de ‘pacto global’ suena bien, pero el gran riesgo es que resulte más bien una simple declaración de principios e intenciones que, a estas alturas, sigue careciendo de contenidos específicos, que puedan aportar elementos para un cambio real en los actuales patrones de producción y consumo.
Existe además el peligro de que el 'pacto global' se convierta en un medio para evitar el compromiso real de las instituciones en torno al CPS, trabándose de este modo la aprobación del 10YFP en la Cumbre de Río.
Tampoco se he definido si ambos enfoques se complementan o si se sustituyen uno por otro. Por lo tanto, aún las negociaciones están en un estado de avance demasiado general y abstracto. Es posible que a lo largo de las negociaciones ambas opciones puedan adoptarse, lo cual podría ser el mejor de los escenarios.
A estas alturas sigue habiendo demasiados asuntos sin ser resueltos y demasiados problemas como para tener una idea clara de cuál de estas dos alternativas abordaría con mayor eficacia el CPS, asegurando soluciones sustentables reales y concretas a los variados problemas que hoy enfrentamos.
CI respalda la aprobación del 10YFP en Río, pero su mera inclusión en el texto final no es garantía de su implementación.
¿Qué hacer, entonces?
Esta es la principal pregunta de CI para el momento en que los gobiernos reanuden sus negociaciones sobre el documento de la Conferencia sobre desarrollo sustentable de la ONU (UNCSD o Río+20) durante el mes de abril, luego de las negociaciones sostenidas en marzo pasado en la sede central de la ONU en Nueva York.
Segunda Ronda de Negociaciones
Para evaluar cuál será el mejor camino a seguir tendremos que esperar una segunda rueda de negociaciones, la cual se realizará en la sede de la ONU en Nueva York entre el 23 de abril y el 4 de mayo próximo.
En cualquier caso, los gobiernos deberían ser capaces de dar un paso adelante en materia de CPS en Río. Es preciso que entreguen un marco de acción claro y concreto para todos los participantes, ya sea este el 10YFP o el 'pacto global' sobre CPS.
Esto implicaría nuevos trabajos sobre los vínculos entre la producción y el consumo y su impacto en la salud de las personas y en el medio ambiente y la entrega de más y mejor información para la toma de decisiones.
Todas ellas acciones lentas, pero concretas, hacia la sostenibilidad.
CI es la socia organizadora del grupo principal de ONG en el proceso hacia Río+20. Los grupos principales de la ONU son 9 en total: Mujeres, Niños y juventud, Comunidades autóctonas, Organizaciones no gubernamentales, Autoridades locales, Trabajadores y sindicatos, Empresas e industria, Comunidades científica y tecnológica, Campesinos y pequeños propietarios de bosques. CI comparte su papel con la Alianza del Norte para la Sostenibilidad y con la Alianza Mundial para la Participación Ciudadana.
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