En pocas semanas más estaremos iniciando nuestro vigésimo Congreso
Mundial en Brasilia. Estamos entusiasmados por las posibilidades que tendremos
de escuchar y debatir con expositores de todo el mundo sobre las materias que
más preocupan al movimiento de consumidores a nivel regional y global.
Junto a este
debate, que incluirá analizar las mejores campañas de CI y de sus organizaciones
miembros, se llevarán a cabo una serie
de seminarios sobre los nuevos temas que involucra al movimiento de consumidores,
algunos particularmente inspirados por avances ocurridos recientemente a nivel
internacional, escribe JUAN TRÍMBOLI, Director de Consumers International para América Latina y el Caribe.
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Luego de
años de intensa actividad, en los próximos meses contaremos con nuevas
herramientas: las Directrices de Naciones Unidas de Protección del Consumidor
que se han actualizado y ahora pasarán a considerar una serie de asuntos que
nos han preocupado desde hace largo tiempo.
Entre ellas, las nuevas Directrices incluirán importantes principios de paridad de trato entre los consumidores online y offline, así como sobre la protección de datos y la privacidad del consumidor.
Pero, además, hemos logrado que se cree un Grupo Intergubernamental de Expertos en derecho y políticas de protección del consumidor para vigilar la aplicación de las Directrices y servir de foro para el intercambio de las mejores prácticas, además de proporcionar cooperación técnica y crear capacidad en los países en desarrollo y economías en transición.
Sin duda que los grandes desafíos serán cómo nos aseguramos que los gobiernos de todo el mundo las apliquen, y cómo podemos incentivar el compromiso y la aplicación por parte de las empresas.
El rol del trabajo a nivel nacional de las organizaciones de consumidores será esencial para empujar y fiscalizar lo anterior.
Un tema central es el nuevo mundo digital hacia el cual estamos transitando. Y me refiero no sólo al consumidor conectado a Internet, sino también al Internet de las cosas donde todo estará conectado digitalmente. Se trata sin duda de un mundo que nos abre muchas oportunidades pero que requiere toda nuestra atención desde el punto de vista de la protección de los consumidores.
En este contexto, sin duda que necesitaremos avanzar hacia una Ley para los Derechos del Consumidor en Internet, una Convención global que proteja, amplíe y haga florecer sus derechos en el mundo digital, protegiendo la Neutralidad de la Red y la libertad de Internet.
Todo ello a la luz de los viejos y nuevos derechos de los consumidores en el marco del desafío que significa realizarlos en un mundo cada vez más cambiante y digitalizado.
También necesitaremos que las empresas se ganen la confianza de los consumidores a través de un fair play justo y transparente, alimentando relaciones valiosas con los consumidores y beneficiosas para ambas partes, dando lugar a nuevas y mejores prácticas.
Se requerirán asimismo mejores y más receptivas relaciones de las organizaciones de consumidores con los gobiernos, posibilitando que un mayor compromiso con el bienestar general de consumidores y usuarios se refleje en modernas políticas públicas y una legislación que ponga a nuestras sociedades en el camino de la innovación social.
A todos estos temas que confluirán en nuestro próximo Congreso Mundial, se agregará la urgencia de poner a los consumidores en el corazón del comercio, haciéndolos partícipes en primer lugar de acuerdos, tratados y debates que impactarán en su vida diaria. Tenemos la reciente experiencia del TPP que ignoró a las organizaciones de consumidores en su negociación. En este contexto sin ninguna duda, deberemos trabajar para que la participación pública sea incluida en estos procesos.
En nuestro Congreso hablaremos también de las mejores y peores prácticas en los servicios financieros y otros temas claves y de histórica preocupación para el movimiento de consumidores de todo el mundo, como la alimentación y el consumo sostenible.
Realmente será un encuentro muy interesante y único en un contexto que requerirá nuestra mayor atención ahora y en los próximos años.
Entre ellas, las nuevas Directrices incluirán importantes principios de paridad de trato entre los consumidores online y offline, así como sobre la protección de datos y la privacidad del consumidor.
Pero, además, hemos logrado que se cree un Grupo Intergubernamental de Expertos en derecho y políticas de protección del consumidor para vigilar la aplicación de las Directrices y servir de foro para el intercambio de las mejores prácticas, además de proporcionar cooperación técnica y crear capacidad en los países en desarrollo y economías en transición.
Sin duda que los grandes desafíos serán cómo nos aseguramos que los gobiernos de todo el mundo las apliquen, y cómo podemos incentivar el compromiso y la aplicación por parte de las empresas.
El rol del trabajo a nivel nacional de las organizaciones de consumidores será esencial para empujar y fiscalizar lo anterior.
Un tema central es el nuevo mundo digital hacia el cual estamos transitando. Y me refiero no sólo al consumidor conectado a Internet, sino también al Internet de las cosas donde todo estará conectado digitalmente. Se trata sin duda de un mundo que nos abre muchas oportunidades pero que requiere toda nuestra atención desde el punto de vista de la protección de los consumidores.
En este contexto, sin duda que necesitaremos avanzar hacia una Ley para los Derechos del Consumidor en Internet, una Convención global que proteja, amplíe y haga florecer sus derechos en el mundo digital, protegiendo la Neutralidad de la Red y la libertad de Internet.
Todo ello a la luz de los viejos y nuevos derechos de los consumidores en el marco del desafío que significa realizarlos en un mundo cada vez más cambiante y digitalizado.
También necesitaremos que las empresas se ganen la confianza de los consumidores a través de un fair play justo y transparente, alimentando relaciones valiosas con los consumidores y beneficiosas para ambas partes, dando lugar a nuevas y mejores prácticas.
Se requerirán asimismo mejores y más receptivas relaciones de las organizaciones de consumidores con los gobiernos, posibilitando que un mayor compromiso con el bienestar general de consumidores y usuarios se refleje en modernas políticas públicas y una legislación que ponga a nuestras sociedades en el camino de la innovación social.
A todos estos temas que confluirán en nuestro próximo Congreso Mundial, se agregará la urgencia de poner a los consumidores en el corazón del comercio, haciéndolos partícipes en primer lugar de acuerdos, tratados y debates que impactarán en su vida diaria. Tenemos la reciente experiencia del TPP que ignoró a las organizaciones de consumidores en su negociación. En este contexto sin ninguna duda, deberemos trabajar para que la participación pública sea incluida en estos procesos.
En nuestro Congreso hablaremos también de las mejores y peores prácticas en los servicios financieros y otros temas claves y de histórica preocupación para el movimiento de consumidores de todo el mundo, como la alimentación y el consumo sostenible.
Realmente será un encuentro muy interesante y único en un contexto que requerirá nuestra mayor atención ahora y en los próximos años.
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