MAIRA SUTTON, analista de Políticas Globales
de Electronic Frontier Foundation (EFF) dice que los usuarios de Internet en todos los países del TPP pueden tomar medidas para pedir a sus representantes que rechacen este acuerdo, pero detener este acuerdo en Estados Unidos, lo detendría también en
los otros 11 países.
Y es así. De allí la
importancia de conocer cómo está la situación actual de este Tratado en ese país que, en
pocos meses más, deberá pasar por la aprobación de ambas cámaras estableciendo
así un parangón para el resto de los países que han negociado el Tratado de
Asociación Transpacífico (TransPacific Partnership Agreement, TPP).
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El lanzamiento oficial del texto de la Alianza Trans-Pacífico
(TPP) el 5 de noviembre no sólo
confirmó nuestros temores sobre
cómo se pondrían en peligro nuestros derechos en Internet y en nuestros dispositivos
digitales, sino que también comenzó una cuenta regresiva de 90 días para que el
presidente Obama firme el tratado.
Poco después, la
Casa Blanca solicitó formalmente a la
Comisión de Comercio Internacional (ITC,
su sigla en inglés) comenzar su estudio acerca de los impactos del TPP
sobre la economía de Estados Unidos para
que elabore un informe que debería salir en la primavera, antes
de que el Congreso apruebe (o
ratifique) el Tratado que, como se explica a continuación, es una etapa distinta y un paso posterior a la firma del acuerdo.
Ahora que la aprobación y ratificación del TPP en Estados
Unidos está en el horizonte,
esto es lo que se necesita saber sobre
lo que está pasando y lo que está por venir. Esta revisión de la
situación actual será de utilidad a medida que trabajemos para defender nuestros
derechos digitales contra el mayor acuerdo comercial de la historia.
Calendario clave
La serie de requisitos procesales impuesta por la ley de
vía rápida (Fast Track) aprobada este verano nos
da un marco de tiempo útil para saber
lo que vendrá después. Pero esta claridad no compensa haber perdido
la supervisión que habríamos tenido del
Congreso si ese proyecto de ley no
hubiera sido aprobado.
Lo que el Congreso perdió con el Fast Track fue la capacidad de desafiar cualquiera de las miles de disposiciones que fueron decididas a puerta
cerrada. Así que después de 4 de
febrero de 2016, el Presidente podrá firmar unilateralmente el TPP por EE.UU. Afortunadamente,
hay un aro más que el TPP debe saltar antes de que sea vinculante para
Estados Unidos.
Ambas cámaras del Congreso deben ratificar
el acuerdo aprobando la "implementación de la legislación"
que la Casa Blanca presentará a los legisladores. Esta presentación
ocurrirá después de la firma del
Presidente, probablemente en
algún momento de abril o mayo.
Una
vez que esto suceda, la Cámara de
Representantes tendrá 60 días desde
la introducción del proyecto de ley para
llevar a cabo una votación al respecto y
el Senado tendrá otros 30 días, por lo que son 90 días en total
para aprobar o rechazar el proyecto de
ley.
Debido a que esta segunda línea de tiempo sólo comienza cuando la Casa Blanca decide que están listos, todo depende de si el
Ejecutivo considera que cuenta con los votos necesarios para conseguirlo a través
de las dos cámaras. Por eso
es fundamental que hagamos un llamado a
nuestros legisladores a plantearse
en contra de este acuerdo: porque así es como podemos detenerlo.
Lobby en el Congreso
El Presidente Obama sólo necesita una mayoría simple para obtener la
aprobación del TPP en ambas cámaras,
por lo que la Administración se ha dedicado a convencer a los miembros del Congreso que lo apoyen. Esto se ha hecho mediante un
cabildeo exhaustivo desde que concluyeron
las negociaciones a fines de octubre, incluso antes de la publicación del texto. Mientras algunos legisladores ya han salido en claro apoyo u oposición al acuerdo, la mayoría dice que va a sopesar su decisión después
de leer el contenido real de las más
de 6000 páginas de texto del
Tratado, aunque es difícil creer
que vayan a hacer esto realmente.
Uno de los defensores más vociferantes del TPP, el senador Orrin Hatch, ha sido crítico del Tratado e incluso ha exigido
que la Casa Blanca vuelva a la
mesa de negociaciones. Pero él no está frenando el apoyo
porque se preocupe de las
disposiciones de propiedad intelectual. Todo lo contrario: cree que el acuerdo no es
suficiente para asegurar los
intereses corporativos y está
exigiendo que el TPP imponga monopolios incluso
más amplios en medicamentos (aunque Hatch no parece
tener problemas con las disposiciones
de derecho de autor del TPP, que la Motion Picture
Association of America, (MPAA) ha apoyado totalmente [pdf]).
Mientras tanto, los miembros del Congreso que apoyaron el
Fast Track continúan recibiendo un trato especial de los principales funcionarios de la Administración.
Están
recibiendo invitaciones para unirse a funcionarios del gabinete en sus primeros viajes a Cuba y el propio Presidente está haciendo lo imposible para complacer a los demócratas de la Cámara que votaron
a favor del proyecto de ley de comercio este verano para que se mantengan
a su lado en la votación de implementación del TPP. Afortunadamente, ninguno de los demócratas que votaron en contra de la vía rápida ha dado
un paso adelante para apoyar el
acuerdo hasta ahora. El representante
comercial estadounidense Michael Froman,
por ejemplo, visitó personalmente Long
Beach, California, para ganarse a Rep. Alan
Lowenthal, quien votó en contra de
la vía rápida este verano.
El mayor entusiasta del TPP, el Representante Paul Ryan renunció a su
papel como Presidente del Comité de Medios y Arbitrios, donde inicialmente se
votaría el TPP en la Cámara, para convertirse en el Presidente de la Cámara.
Por desgracia para nosotros, es probable que su reemplazo sea uno igual de
entusiasta del TPP. El Rep. Kevin Brady, un partidario de largo plazo de los
acuerdos comerciales con tóxicas políticas digitales, es ahora el Presidente
del Comité, con el Rep. Dave Reichert como presidente de su subcomité de
Comercio. Pese a las afirmaciones dudosas de ambivalencia acerca de sus
posiciones sobre el TPP, estos nuevos líderes republicanos de la Cámara parecen
a punto de llevar el TPP a la ratificación del Congreso.
Por ahora, no hay una lectura clara sobre cómo el Congreso votará para implementar
la legislación del TPP, pero será una reñida votación. Nuestra estrategia será
doble:
1. Abrumar a los congresistas con correos electrónicos y mensajes de sus electores exigiendo que voten contra el TPP cuando la legislación de implementación se presente ante ellos.
2. Convertir el TPP en un nombre familiar para las políticas digitales tóxicas, al igual que hicimos con SOPA.
La lucha contra el TPP se refiere tanto
a la defensa de nuestros derechos digitales, como a rechazar una formulación de políticas opaca e impulsada
por las grandes corporaciones.
Los usuarios de Internet en todos los países
del TPP pueden tomar medidas para pedir a sus representantes que rechacen este acuerdo, pero detener este acuerdo en
EE.UU., lo detendrá efectivamente
también en los otros 11 países.
Si queremos asegurarnos de que las leyes no
defiendan poderosos intereses privados, sino que se diseñen e implementen
con los mejores intereses del público
en mente, entonces debemos detener el TPP, por el bien de Internet, nuestros derechos y nuestro futuro.
Artículo original (en inglés):
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