El primer taller de capacitación y asistencia técnica que brinda el proyecto Transparentemos en Santiago de Chile, dejó al descubierto las barreras que enfrentan las organizaciones sin fines de lucro para incorporar estándares de transparencia y rendición de cuentas en sus instituciones.
Escribe Yasna Lewin, asesora del proyecto mencionado y que cubrió el evento.
Escribe Yasna Lewin, asesora del proyecto mencionado y que cubrió el evento.
Desconocimiento de procesos, una cultura personalista, la escasez de recursos, temor al cambio, fueron algunas de las realidades descritas por los participantes de la primera jornada que congregó a más de un centenar de representantes de las 56 organizaciones ciudadanas que participan en esta iniciativa, las que reúnen a más de 3 mil funcionarios y otro millar de voluntarios.
Los talleres forman parte del proceso de capacitación y asistencia técnica que brinda el proyecto Transparentemos, una iniciativa de la Fundación Avina y FOMIN/BID, que busca fortalecer a las organizaciones sin fines de lucro (OSFL), a través de la incorporación de mecanismos de transparencia activa y rendición de cuentas.
“Lo más difícil es tener personal capacitado y darle a la transparencia la debida prioridad”, comenta Tamara Meza, representante de Consumers International, organización no gubernamental internacional que hace campañas en favor de los consumidores en 115 países. “En el trabajo cotidiano – agrega Tamara - buscamos cumplir objetivos, metas, indicadores y no consideramos los procesos y su rendición”.
Desde la isla de Chiloé viajó a Santiago Francisco Urrutia, para representar a su organización “Cómo Vamos”, una iniciativa que promueve la ciudadanía activa y forma parte de la Red Chilena por Territorios Justos y Sustentables. Su diagnóstico acerca de la transparencia y rendición de cuentas en las OSFL indica que “no hay claridad sobre qué es lo público que debiéramos transparentar, o sobre qué tenemos que rendir cuentas”.
Entre las variopintas organizaciones congregadas por el proyecto Transparentemos también figura el Programa Eco-Región Agenda Local 21, una iniciativa de organizaciones de la sociedad civil que trabajan en el territorio de la actual Región de Los Ríos, cuyo principal objetivo es implementar de manera pionera, procesos de Agenda Local.
En su representación concurrió al primer taller la valdiviana Claudia Bustamante, cuya opinión es que las OSFL se rigen por “estatutos muy genéricos y, en el fondo, la confianza está radicada en las personas”.
Para ella, el problema no es sólo interno, porque “la gente no conoce el trabajo que hacemos y, en general, valoran a las organizaciones orientadas a la filantropía, como el Hogar de Cristo, pero perciben a las demás, especialmente a las organizaciones de derechos, como instituciones que profitan de los donativos”.
La estigmatización de las organizaciones que trabajan en torno a los derechos de las comunidades también estuvo presente en el testimonio de José Aylwin, representante del Observatorio de Derechos Ciudadanos: “se produce una estigmatización de las organizaciones orientadas a derechos, como los derechos humanos, el medio ambientalismo, etc. como cuando sucedió lo de la huelga de hambre el Intendente nos acusó de desear que ocurriera una tragedia para beneficiarnos”.
Aylwin apunta a una cultura de instituciones forjadas en torno a personas y comenta que “se generó una cultura personalista basada en liderazgos de quienes tiene mayor acceso a fuentes de financiamiento”. Lo mismo opina Francisco Urrutia al aseverar que “hay una tradición de organizaciones que nacieron a la alero de personas, pequeños reyes con acceso a donaciones, y ha sido difícil provocar el cambio”.
La dimensión cultural del problema fue recurrente entre los testimonios de los líderes de las OSFL. Pablo Rodríguez, de Formadores de Organizaciones Juveniles de Consumidores y Consumidoras (FOJUCC) señaló que “no tenemos una cultura de rendir cuentas, más allá del cumplimiento de las normas legales. La búsqueda de recursos para subsistir se sobrepone a la transparencia”.
Estas consideraciones explican el entusiasmo de las 56 organizaciones sin fines de lucro que participan en este proceso en Chile, las que fueron seleccionadas durante una convocatoria abierta y pública.
Durante los próximos 8 meses de formación se aspira a concitar una activa participación de las organizaciones sin fines de lucro participantes, para generar una política de transparencia consensuada entre todas, que sirva como herramienta de base para la adopción de prácticas autorreguladas de transparencia activa y rendición de cuentas.
Un consumidor bien iformado, nunca será engañado(acoonsumar@gmail.com)
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