PROCONSUMER
tiene como meta principal y futura lograr la felicidad colectiva de los
consumidores, señala en este artículo el Presidente de PROCONSUMER, RICARDO
LEANDRO NASIO.
“Para lograr la felicidad
integral de las personas, antes debemos trabajar en la salud física y social de
los consumidores”, señala.
En ese contexto, agrega,
“promover una alimentación más saludable y encontrar un equilibrio justo entre
la producción de alimentos y el cuidado del medio ambiente, son ítems
fundamentales por los que se debe trabajar”.
________________________
PROCONSUMER tiene como meta
principal y futura lograr LA FELICIDAD COLECTIVA DE LOS CONSUMIDORES.
Sintomáticamente ya se perfilan entre los países más felices del mundo Costa
Rica, Vietnam, Colombia, Belice, El Salvador, Jamaica, Panamá y Nicaragua.
Allí los consumidores
empiezan a tomar conciencia de que el placer es animal, y la felicidad humana.
Con la felicidad se avanza en espiral ascendente.
No debe ser un simple
placer el que experimente hoy el consumidor, sino una categoría más elevada, no
sólo en sus relaciones de consumo sino en toda su vida.
Con el arribo de la
felicidad, el consumidor toma conciencia y crece, buscando ese objetivo; su
mente ansía algo nuevo, su relación con las cosas cambia.
Para lograr la felicidad
integral de las personas, antes debemos trabajar en la salud física y social de
los consumidores.
En busca del equilibrio
Promover una alimentación
más saludable y encontrar un equilibrio justo entre la producción de alimentos
y el cuidado del medio ambiente, son ítems fundamentales por los que se debe
trabajar.
La desnutrición infantil es
la problemática alimenticia más urgente a tratar en todo el mundo. Es
inconcebible que en el siglo XXI, con la cantidad de alimentos que se producen
y la disposición de la tecnología que se tiene, haya millones de niños (y
adultos) que no puedan satisfacer sus necesidades alimenticias.
Debemos abogar desde las
distintas organizaciones e instituciones por políticas de estado que garanticen
el derecho fundamental de las personas de gozar de salud y alimentarse
sanamente.
Los grandes males
Los males en materia
alimenticia son conocidos por todos; entre otros, la enorme cantidad de comida
chatarra que se consume a diario y que se publicita sin cesar, la crianza a
escala industrial de animales a los que se les introduce diferentes
medicamentos que luego repercuten en la salud de los consumidores, los
agrotóxicos que se utilizan en la producción de frutas y verduras, la
degradación del medio ambiente que provoca la producción alimenticia no
regulada, por nombrar algunos.
Hace falta verdadera
voluntad de cambio, desde las organizaciones sociales y de consumidores, desde
la población y desde el Estado.
Qué hacer
Debemos implementar
diferentes políticas a efectos de promover una mayor educación y conciencia
alimenticia que haga optar al consumidor por alimentos más sanos; invertir en
infraestructura para la producción de alimentos; gravar los alimentos más
nocivos para la salud de las personas, regular el marketing alimenticio orientado
a los niños, entre otras medidas.
Los comercios minoristas
deben rediseñar las opciones disponibles en los puntos de venta y aumentar la
disponibilidad de opciones alimenticias más saludables.
Recordemos que a pesar de
las campañas gubernamentales, el boom de las dietas y la concientización sobre
la íntima relación entre salud y comida, el consumo de alimentos menos sanos ha
aumentado en casi todos los países. Hay en el mundo 600 millones de personas
que sufren de obesidad y 2100 millones que están por sobre el peso promedio
saludable.
Los expertos advierten que
comer mal es una de las mayores causas de mortalidad y discapacidad, sobre todo
por las enfermedades crónicas que pueden causar. Entre los alimentos de consumo
más problemático se encuentran el sodio, las carnes rojas, los alimentos
procesados y las bebidas azucaradas.
Debemos asumir que el
problema de la mala alimentación se desprende tanto del comportamiento
individual del consumidor como del entorno en el que se mueve. Debemos legislar
la manera en que las empresas promocionan sus productos.
Las malas prácticas
La comida chatarra es la
más nociva para las personas y la que más ganancias deja a las empresas. Se
promueven estos productos desde el atractivo visual y la ubicación privilegiada
en las góndolas.
Las empresas apuntan sus
estrategias de marketing hacia grupos específicos como adolescentes, niños,
minorías étnicas y sectores de bajos recursos, aprovechándose del contexto y la
desinformación.
Es primordial trabajar para
frenar estas prácticas que tienen como único objetivo generar dinero en
desmedro de la salud de la población.
Todo lo brevemente
expuesto, nos invita a celebrar el Día Mundial de los Derechos de los
Consumidores con la intención y voluntad de ayudar a implementar políticas
públicas en pos de que la población pueda acceder a una mayor educación y
cultura en materia alimenticia, exigiendo al Estado la regulación de la
industria alimenticia, el logro de un medio ambiente más sano.
El cambio debe venir por
parte de la población, las organizaciones sociales y de defensa del consumidor
y los organismos públicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario