El intercambio y la capacitación, como la de FACUA e Idec a través de Consumers International, son herramientas esenciales en la internacionalización de la lucha de los consumidores, escribe Carlos Thadeu de Oliveira, editor del Instituto Brasileño de Defensa del Consumidor (Idec).
La capacitación promovida por Consumer International entre FACUA-Consumidores en Acción (España) y el Instituto Brasileño de Defensa del Consumidor ( Idec) es, sin duda alguna, una de las misiones más importantes de una federación internacional de organizaciones de consumidores: la aproximación y el reconocimiento de semejanzas y diferencias en la lucha de los consumidores en el mundo.
FACUA envió a dos de sus miembros, Manuel Baus Japón (presidente de FACUA- Sevilla) y María Ángeles Ayerbe Cazalla (responsable de la administración y las finanzas de FACUA-España), a la sede de Idec en São Paulo, entre el 14 y 18 de noviembre. Por parte de Idec, todos los miembros del grupo de gestión participaron en las sesiones de trabajo.
Durante esos días pudimos intercambiar opiniones y experiencias entre las dos organizaciones. Ahora conocemos cómo FACUA se originó en Sevilla (Andalucía), se extendió por todo el territorio español, constituyendo oficinas regionales, y su estrategia de atender vía Internet, a aquellas personas alejadas de las sedes de Idec.
Los orígenes de una organización son a menudo determinantes para la estructura organizativa que ella asumirá a lo largo de varios años. La propia cultura política de cada país también influye en su desarrollo.
Pese al periodo oscuro y centralizador de la dictadura de Francisco Franco (1939-1976), España parece muy proclive a las formas de organización social y política descentralizadas y con una fuerte actuación local. Pero también hay diferencias importantes entre el modelo español y el brasileño respecto del financiamiento a las organizaciones de defensa del consumidor: en el país europeo las administraciones municipales, regionales, hasta del gobierno central, aportan recursos a las entidades civiles. En Brasil, ese mecanismo no existe.
Además de conocer aspectos acerca del origen de FACUA, también pudimos informarnos de iniciativas más recientes, como la creación de la Red de Consumidores en Acción, un grupo de cerca de 33 mil consumidores involucrados en las actividades de movilización y de comunicación llevada a cabo por FACUA.
También fue importante conocer el procedimiento de una consulta o simples reclamos de consumidores o asociados a FACUA. La experiencia de la organización española en sus esfuerzos por tratar de mitigar y resolver los conflictos de los consumidores directamente con las empresas, es un modelo que puede ser útil en la actual realidad brasileña, donde el vertiginoso crecimiento del mercado de consumo tiende a multiplicar los problemas de los consumidores.
Por encima de todo, la formación y el intercambio entre FACUA e Idec, propiciada por este programa específico de Consumers International, materializa y permite profundizar la cooperación técnica y política entre las entidades de protección del consumidor en Europa y América del Sur.
Sabemos que desde hace algún tiempo la globalización de los mercados ha unificado la actuación de las empresas en áreas muy diferentes del planeta.
Sin embargo, los fenómenos económicos y sociales cada vez más frecuentes como crisis globales o inversiones de perspectivas de desarrollo económico en el eje Norte-Sur, apunta a la necesidad de que las organizaciones de la sociedad civil y de protección del consumidor sitúen la cooperación internacional en el centro de sus preocupaciones, so pena de quedarse desarmados en un entorno en que las empresas ya están avanzadas y en un escenario en que ya está claro que el mercado no traerá ninguna solución.
La capacitación promovida por Consumer International entre FACUA-Consumidores en Acción (España) y el Instituto Brasileño de Defensa del Consumidor ( Idec) es, sin duda alguna, una de las misiones más importantes de una federación internacional de organizaciones de consumidores: la aproximación y el reconocimiento de semejanzas y diferencias en la lucha de los consumidores en el mundo.
FACUA envió a dos de sus miembros, Manuel Baus Japón (presidente de FACUA- Sevilla) y María Ángeles Ayerbe Cazalla (responsable de la administración y las finanzas de FACUA-España), a la sede de Idec en São Paulo, entre el 14 y 18 de noviembre. Por parte de Idec, todos los miembros del grupo de gestión participaron en las sesiones de trabajo.
Durante esos días pudimos intercambiar opiniones y experiencias entre las dos organizaciones. Ahora conocemos cómo FACUA se originó en Sevilla (Andalucía), se extendió por todo el territorio español, constituyendo oficinas regionales, y su estrategia de atender vía Internet, a aquellas personas alejadas de las sedes de Idec.
Los orígenes de una organización son a menudo determinantes para la estructura organizativa que ella asumirá a lo largo de varios años. La propia cultura política de cada país también influye en su desarrollo.
Pese al periodo oscuro y centralizador de la dictadura de Francisco Franco (1939-1976), España parece muy proclive a las formas de organización social y política descentralizadas y con una fuerte actuación local. Pero también hay diferencias importantes entre el modelo español y el brasileño respecto del financiamiento a las organizaciones de defensa del consumidor: en el país europeo las administraciones municipales, regionales, hasta del gobierno central, aportan recursos a las entidades civiles. En Brasil, ese mecanismo no existe.
Además de conocer aspectos acerca del origen de FACUA, también pudimos informarnos de iniciativas más recientes, como la creación de la Red de Consumidores en Acción, un grupo de cerca de 33 mil consumidores involucrados en las actividades de movilización y de comunicación llevada a cabo por FACUA.
También fue importante conocer el procedimiento de una consulta o simples reclamos de consumidores o asociados a FACUA. La experiencia de la organización española en sus esfuerzos por tratar de mitigar y resolver los conflictos de los consumidores directamente con las empresas, es un modelo que puede ser útil en la actual realidad brasileña, donde el vertiginoso crecimiento del mercado de consumo tiende a multiplicar los problemas de los consumidores.
Por encima de todo, la formación y el intercambio entre FACUA e Idec, propiciada por este programa específico de Consumers International, materializa y permite profundizar la cooperación técnica y política entre las entidades de protección del consumidor en Europa y América del Sur.
Sabemos que desde hace algún tiempo la globalización de los mercados ha unificado la actuación de las empresas en áreas muy diferentes del planeta.
Sin embargo, los fenómenos económicos y sociales cada vez más frecuentes como crisis globales o inversiones de perspectivas de desarrollo económico en el eje Norte-Sur, apunta a la necesidad de que las organizaciones de la sociedad civil y de protección del consumidor sitúen la cooperación internacional en el centro de sus preocupaciones, so pena de quedarse desarmados en un entorno en que las empresas ya están avanzadas y en un escenario en que ya está claro que el mercado no traerá ninguna solución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario