Una vez más las organizaciones de consumidores de la región celebraron el 15 de Marzo, Dia Mundial de los Derechos del Consumidor, con importantes actividades, muchas de ellas dedicadas a la protección del consumidor financiero, dice Juan Trímboli, director de la oficina de CI para América Latina y el Caribe, que escribe sobre su participación en un seminario organizado por el Instituto Brasileño de Defensa del Consumidor (Idec) la jornada del 15 de marzo.
Tuve la oportunidad de asistir en Brasil, a un seminario organizado por Idec y por el Sindicato de Trabajadores Bancarios de San Pablo. Este gremio representa a más de 138.000 trabajadores de bancos públicos y privados. Las características del seminario, consumidores y trabajadores reunidos en un espacio común de análisis y debate, es un indicador claro de que estamos ante una iniciativa relevante y de mucha potencialidad.
La convocatoria que reunió a más de 200 personas, era precisa: los consumidores y los trabajadores bancarios: por una venta responsable de productos y servicios financieros. Como fuera señalado por la directora de Idec, Lisa Gun, “por una parte los bancos le establecen a sus funcionarios metas abusivas de venta de servicios financieros, y por otra inducen a los consumidores a adquirir productos que no son necesarios o apropiados para su perfil”.
El seminario no constituyó una actividad aislada. Es parte de una campaña nacional que ambas instituciones, sindicato e Idec, están impulsando con el objetivo de promover, por parte de los bancos, un asesoramiento justo y transparente a los consumidores, además de señalar la necesidad de que exista un ambiente de trabajo saludable para los funcionarios bancarios.
Dos elementos contundentes explican y están en la base de la campaña. En primer lugar, en el año 2011, las instituciones financieras brasileras encabezaron, por primera vez en 12 años, el ranking de reclamos que los consumidores presentaron en Idec. Esto se parece bastante a lo que ocurre en otros países de la región, como también son similares los motivos de los reclamos: cobranzas injustificadas, débitos no autorizados, tasas de interés, clausulas abusivas en los contratos, renegociación de deudas y ventas “atadas” de productos financieros.
En segundo lugar, los datos de una investigación que confirman lo que se percibe cotidianamente. Los trabajadores bancarios son sometidos a una fuerte presión para que alcancen las metas que se establecen para la venta de productos y servicios financieros. Hay que saber que en bancos de Brasil y la región, las comisiones pueden llegar a constituir el 40% o más del salario mensual de un funcionario. Esto explica que un 65% de los entrevistados declaren sentirse estresados, un 52 % no logra desligarse de las preocupaciones laborales y un 47% se declaran cansados y con fatiga constante. Para los entrevistados el lugar de trabajo es una fuente permanente de tensión y competencia. Un sistema de incentivos perverso, que permea desde los niveles gerenciales hasta el funcionario recién ingresado, hace que la presión por vender y alcanzar las metas establecidas termine volcándose sobre el consumidor para que este “no salga del banco sin alguno de los productos que se le ofrecen”.
Es esta situación la que genera las condiciones para que consumidores y trabajadores bancarios se unan en una campaña por la venta responsable de productos y servicios financieros. Alcanzar este objetivo implica modificar la gestión interna de las instituciones financieras en materia de negocios y procedimientos operativos, así como garantizar que los productos financieros sean de calidad, adecuados a las necesidades reales de los consumidos y comercializados con transparencia.
La campaña global de Consumers International en materia de servicios financieros, puede potenciarse y alcanzar un mayor grado de incidencia, con iniciativas como la que Idec impulsó este 15 de marzo. En las próximas semanas recibiremos en nuestra oficina al Director Regional de UNIglobal, que reúne a 20 millones de trabajadores del sector de servicios, entre ellos el sector financiero. Los consumidores, los funcionarios bancarios y las propias instituciones financieras tenemos que buscar los caminos que permitan cambios sustantivos en una materia de importancia estratégica para la sociedad.
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