La complejidad del tema alimentario, desde el grave problema de la obesidad a la falta de acceso a una alimentación adecuada, es abordada aquí por Juan Trímboli, Director de Consumers International (CI)I para América Latina y el Caribe.
Nutrición y salud están
vinculadas inextricablemente No es por nada que existe el dicho “enfermo que
come, no muere”. Sin embargo, con la
avalancha de comida no saludable podría llegar a suceder que “consumidor que come, se enferma”. Las razones
son los altos niveles de azúcar, sal y grasas en prácticamente todos los
alimentos procesados.
La nutrición, seguridad e inocuidad alimentaria es un tema prioritario para CI. En América Latina podemos ver varios ejemplos de cómo CI y sus
miembros están trabajando estos asuntos.
En Centroamérica colaboramos en un proyecto que promueve la
participación de la sociedad civil en políticas nacionales y regionales sobre
gobernanza democrática y seguridad alimentaria. La organización coordinadora será
el Centro de Defensa del Consumidor (CDC), de El Salvador. También participa
ConSuAcción, una red que agrupa a organizaciones centroamericanas de CI.
La razón para llevar a
cabo este proyecto salió a la luz con la crisis económica de 2008, con el
aumento del costo de la canasta de alimentos con la cual se determina la línea
de pobreza. Resultó que no existen mecanismos globales o regionales de
gobernanza del sistema alimentario, lo que hace más vulnerables a los más
pobres y marginados en la región.
En México, otro
miembro de CI, El Poder del Consumidor, es un activo promotor de una importante
reunión internacional, en la cual participarán expertos que han impulsado legislaciones para enfrentar el tema de la
obesidad infantil. Esta reunión tendrá lugar a fines de noviembre y se verá
reforzada por un evento de la Alianza por la Salud Alimentaria, que está
integrada por organizaciones de la sociedad civil.
El trabajo de Consumers International consiste en llamar la atención de la opinión pública, en especial de las autoridades y entidades que tienen influencia en la toma de decisiones, realizando y divulgando estudios sobre el tema a nivel global y regional y planteando recomendaciones. Además, acompañamos a nuestras organizaciones miembros en sus actividades de incidencia para combatir la obesidad, divulgando sus resultados y hallazgos.
Publicidad
Sabemos que la
población infantil en América Latina es bombardeada continuamente con una
publicidad tremendamente agresiva. Se manifiesta cuando niños indígenas celebran Halloween y
dicen “dulce o travesura”. Se dejan influir por los héroes que les motivan
comer productos que parecen “bombas de azúcar”. Además, es común que los adultos ofrezcan a niños y niñas dulces y
bebidas azucaradas, y una vez que ellos/as adquieren el gusto por ello, es casi
imposible desacostumbrarlos. En efecto, pruebas científicas han demostrado que
el azúcar es adictiva.
La consecuencia es que
a los niños/as les es muy difícil dejar de comer y beber bebidas y productos dulces
y están en masa en camino de sufrir sobrepeso y diabetes tipo II a edades
cada vez más tempranas. México superó a EE.UU. como país líder en obesidad: sus
habitantes son en la actualidad quienes más sufren esta patología de todo el orbe.
En el año 2012 celebramos la adopción de nuevas directrices internacionales (OMS, 2010) sobre la comercialización de alimentos a la población infantil, luego de varios años en que estuvimos en campaña sobre el tema. No obstante este trabajo sólo se verá coronado a plenitud cuando los gobiernos traspasen esas directrices a sus legislaciones nacionales.
Magnitud
Estamos ante un
problema grande y complejo. Por un lado hay consumidores que carecen de
acceso a alimentos básicos para una vida aceptable, mientras por otro lado hay mucha
gente que accede a alimentos procesados, nocivos para su salud.
La falta de acción de
quienes están en condiciones de incidir y actuar retrasa las soluciones urgentes
que requieren ambas problemáticas.
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