Frases
como “El TPP es un acuerdo de vanguardia con el que nuestro país
fortalecerá su integración comercial con el mundo”, están siendo
pronunciadas por varias personalidades políticas y empresariales de los
12 países implicados en la negociación de este acuerdo que finalizó el
lunes pasado. Sin embargo, estas frases no le dicen nada a los 800
millones de personas sobre quienes regirá, simplemente porque nadie lo
conoce.
El
Acuerdo de Asociación Transpacífica (Transpacific Partnership
Agreement,TPP) ha sido negociado durante 8 años en secreto. Lo que
sabemos de él ha sido posible a través de las filtraciones de unos tres
capítulos de un total de 30!
Y, a pesar de haberse acordado, aún deberemos esperar al menos un mes más para conocer el texto completo.
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Desde
que manifestamos nuestros temores por los impactos que podría tener
este acuerdo sobre los consumidores, nada nos ha tranquilizado.
Nuestras preocupaciones centrales han sido las siguientes:
Patentes farmacéuticas:
Un artículo del Tratado le daría a un producto farmacéutico hasta 12
años de exclusividad en el mercado. Esto significa que los medicamentos
genéricos (más baratos) no estarían disponibles por un largo tiempo para
los consumidores y aquellos disponibles serían cada vez más caros.
Lo anterior afectará negativamente el acceso a la salud de millones de personas.
La protección de datos de prueba de los medicamentos biológicos, iría
de 5 a 8 años, impidiendo durante este período la producción de
genéricos de este tipo de fármaco de alto costo (desde vacunas a
remedios contra ciertos tipos de cáncer y otras enfermedades complejas).
Sistema de arbitraje Inversor-Estado (ISDS):
Bajo las normas estatales de solución de controversias sobre inversión
propuestas por el TPP, las grandes empresas podrán demandar a los
estados ante un tribunal comercial internacional, por introducir nuevas
leyes como, por ejemplo, leyes de protección al consumidor (incluidas
nuevas normativas sobre etiquetados de alimentos y bebidas, servicios
financieros y otras eventuales medidas a favor de los consumidores), que
dañen sus negocios.
Ampliación de los plazos del copyright vs. acceso al conocimiento:
No sabemos cuál es la decisión que finalmente tomó el TPP, pero las
filtraciones hablaron de entre 70 a más de 100 años de restricción a las
obras antes de que pasen a dominio público.
Al
mismo tiempo, el TPP limitaría el ‘Uso Justo’ para hacer aún más
restrictivos los derechos de autor en la innovación creativa. Esto
significa que las mezclas de material de cualquier naturaleza (desde
música a textos) con derechos de autor, podría convertirse en ilegal,
incluso si se hace sin objetivos comerciales. Apoyamos los derechos de
autor, pero de manera balanceada, de tal manera de permitir el acceso y
la innovación de parte de consumidores y usuarios.
Rol de los Proveedores de Internet: Con
el TPP las compañías proveedoras de contenido para Internet podrían
hacer de policías y jueces cibernéticos debido a que el tratado
plantearía que sean ellos los responsables de bajar páginas y sitios por
infracciones a los derechos de autor, sin orden judicial.
No
están claras las disposiciones penales, pues EE.UU. quería que éstas se
aplicaran incluso a personas infractoras de los derechos de autor sin
fines comerciales. Si esto se acepta, las penas se aplicarán inclusive
contra usuarios que no busquen beneficios económicos al compartir obras
protegidas, lo que podría llevar al abuso.
Elusión de gestión de derechos digitales (DRM):
Aunque el texto ahora permitiría excepciones a la disposición que
prohíbe la elusión de DRM, sugiere que estas excepciones deben limitarse
a casos muy específicos. Desconocemos cómo ha concluido esta
negociación.
Periodismo de denuncia e investigación:
Como se sabe, la lucha por los derechos de los consumidores tiene un
fuerte aliado en el periodismo de investigación y en programas
periodísticos de denuncia acerca de los abusos que los consumidores
enfrentan. Nos preocupa por ello un artículo del capítulo sobre
Propiedad Intelectual del TPP que tipificaría como delito el acceso o la
divulgación de lo que califica como ‘secreto comercial’ usando un
computador. Si bien esto puede parecer una cláusula para salvaguardar a
las empresas del ‘ciberespionaje’, no hay excepciones de interés público
(como, por ejemplo, para el periodismo de denuncia y/o de
investigación).
Esto
significa que un periodista que descubre o publica un llamado ‘secreto
comercial’ (por ejemplo, que un determinado producto puede causar
cáncer) puede ser procesado por violar la ley.
Ratificación del TPP:
Sigue vigente el mecanismo mediante el cual Estados Unidos retiene el
paso final necesario para que los tratados comerciales entren en vigor. Y
esto ocurre hasta que la otra parte ha cambiado sus leyes y reglamentos
nacionales pertinentes para satisfacer las expectativas de ese país
bajo el acuerdo.
Se
trata en efecto de una acción de certificación que nos preocupa, pues
habría una intromisión en el ordenamiento jurídico nacional de los
países, lo que podría llevar a actuar en contra de los intereses de los
consumidores.
De
hecho, una de las grandes preguntas que surge al término de la fase
negociadora del TPP es cómo ha sido posible llegar a este tipo de
acuerdo en que gobiernos de 12 países legitimen un tratado secreto, que
excluye del debate no sólo a las autoridades políticas de los países,
sino a las personas comunes que son quienes experimentarán sus mayores
impactos.
Por
ahora tendremos que esperar la liberación de los capítulos del TPP para
saber si nuestros temores han estado cerca de la realidad o no;
entretanto, se ha abierto un nuevo capítulo que tendrá a los escenarios
nacionales y sus Parlamentos en el centro de la atención y la acción.
Esta historia continuará.
Lea Declaración de CI-América Latina por el TPP
Lea Declaración de CI-América Latina por el TPP
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