El progreso mundial en la lucha contra la obesidad ha sido "inaceptablemente lento". En el año 2010, sólo uno de cada cuatro países aplicaba una política sobre alimentación saludable,
de acuerdo a una nueva serie de seis partes publicada en The Lancet ayer.
En menos de una generación,
agrega, las tasas de
obesidad infantil han aumentado
de forma abrumadora en todo el mundo. Los niños en Estados Unidos, por ejemplo, pesan en promedio 5 kilos más
que hace 30 años, y uno de cada tres niños
tiene ahora sobrepeso u obesidad.
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Aunque las tasas de obesidad
infantil se han comenzado a estabilizar
en algunas ciudades y países, dice el pretigioso medio inglés, “ningún país hasta la fecha ha experimentado tasas decrecientes de obesidad en su
población, y en muchas economías
en desarrollo las tasas están subiendo
rápidamente”.
Los
actuales entornos alimentarios
explotan las vulnerabilidades económicas,
biológicas psicológicas y sociales de la
gente, por lo que es más fácil
para ella comer alimentos poco
saludables. Esto refuerza las
preferencias y demandas de alimentos
de baja calidad nutricional,
re alimentando un ambiente de alimentos
poco saludables. “Serán necesarias medidas regulatorias de
los gobiernos y el aumento de los
esfuerzos de la industria y la
sociedad civil para romper estos
círculos viciosos”.
El mercado de alimentos y la población infantil
En
temas relacionados
con la infancia, The Lancet dice
que se requiere que las políticas de nutrición para enfrentar la obesidad infantil promuevan el crecimiento saludable y la seguridad
de la nutrición en los hogares, así como proteger a los niños de incentivos para estar
inactivos o para consumir en
exceso alimentos de baja calidad
nutricional.
La promoción de productos energéticos y pobres en nutrientes estimulará un
rápido aumento de peso en la primera infancia y exacerbará los factores de
riesgo para las enfermedades crónicas en toda la población infantil,
especialmente en niños/as que muestran un pobre crecimiento lineal, dicen los
expertos de The Lancet.
Mientras se dedican muchos esfuerzos de salud pública a restringir la adversa
comercialización de sucedáneos de leche materna, ahora se necesita ser ampliar y
reforzar un esfuerzo similar para proteger a los niños/as de más edad de la promoción
cada vez más sofisticada de actividades sedentarias y de alimentos y bebidas pobres
en nutrientes y de alta densidad energética.
Para afrontar este reto, la gobernanza del suministro y mercados de alimentos debe mejorar y las
actividades comerciales deben estar subordinadas a la protección y a la
promoción de la salud de la población infantil.
Políticas alimentarias
La prevención de la obesidad requiere de políticas que funcionen. En uno de sus artículos
de la serie de The Lancet, sepropone una nueva manera de entender cómo se podrían diseñar
las políticas alimentarias para trabajar
de manera más eficaz en la prevención de
la obesidad.
“Nuestro
enfoque se basa en la evidencia de
una gama de disciplinas (psicología,
economía y salud pública y nutrición) para
desarrollar una teoría del cambio a fin de entender cómo funcionan las políticas
alimentarias. Nos centramos en uno
de los principales determinantes de la obesidad: la dieta”, es decir, lo que comemos día a
día.
La evidencia
que revisamos,
dicen los investigadores, “sugiere que la interacción
entre las preferencias humanas de alimentos y el medio ambiente en
el que se aprenden y expresan esas
preferencias, tiene un papel central.”
Se
identificaron cuatro mecanismos a través de los cuales
las políticas alimentarias pueden
afectar la dieta diaria:
proporcionar un entorno propicio para el
aprendizaje de preferencias saludables,
superar las barreras a la expresión de estas preferencias, y animar a la
gente a reevaluar las actuales preferencias
insalubres en el punto
de compra, estimulando una respuesta del sistema alimentario.
Acciones eficaces
Los
investigadores de The Lancet también exploraron cómo las acciones en tres ámbitos
específicos (medidas a nivel escolar, instrumentos económicos y etiquetado
nutricional) trabajan a través de estos mecanismos, y trazaron
las implicaciones para el diseño de políticas más eficaces. “Encontramos que las acciones eficaces de las políticas alimentarias son las que conducen a cambios
positivos en los alimentos, los entornos sociales e informativos y los sistemas que los sustentan”.
En el futuro, agregan, “las
prioridades deben incluir acciones de política integrales que creen un ambiente
propicio para que los bebés y los niños/as aprendan las preferencias de
alimentos saludables y acciones específicas que permitan a las poblaciones
desfavorecidas superar los obstáculos para cumplimiento de las preferencias saludables”.
Las evaluaciones de políticas deben ser diseñadas cuidadosamente sobre
la base de una teoría del cambio, usando indicadores de progreso a lo largo de diversas
vías para alcanzar el objetivo a largo plazo de reducir las tasas de obesidad,
señalan los expertos de The Lancet.
Movilización pública
Es necesaria la movilización pública
para promulgar políticas de prevención de la obesidad y para mitigar la
reacción en contra de su aplicación,
indica The Lancet, en unos de los capítulos de la serie. No obstante, agrega, los enfoques de salud pública
se centran principalmente en el diálogo entre los profesionales de salud pública y los dirigentes políticos.
Las estrategias
para aumentar la demanda popular de las políticas de prevención de la obesidad incluyen el perfeccionamiento y la racionalización
de la información pública, la identificación de los marcos de la obesidad eficaces para cada población, el
fortalecimiento de la abogacía en los
medios de comunicación, la construcción de la protesta
ciudadana y el compromiso, así
como el desarrollo de un entorno
político receptivo con los agentes de cambio incrustados en todas las organizaciones y sectores.
Cada actor en una amplia coalición para la prevención de la
obesidad puede contribuir de manera concreta a la participación, la
movilización y la integración de
este público, enfatizan los expertos autores de
esta serie sobre la obesidad que recomendamos leer absolutamente.
Las revistas que publica TheLancet, fundada en 1823 en Londres, son
un importante recurso para los medios que cubren el área de la
salud y el mundo médico.
La más conocida de sus publicaciones es la revista semanal,
The Lancet, pero también publica nueve revistas
especializadas mensuales en diversos campos de la salud.
1 comentario:
¡Esto es un problema enorme! Disfruté de leer su artículo porque la gente tiene que ser consciente de los efectos de la obesidad de la infancia. Como un voluntario profesor preescolar sé la preocupación de esta cuestión. Estoy de acuerdo que el gobierno tiene que intervenir para ayudar a guardar a la gente sana. Los resultados de la obesidad de la infancia son drásticos.
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