11 enero, 2013

La conducta de las instituciones financieras debe seguir bajo la lupa

La importancia de retener y ampliar la atención sobre las entidades financieras a fin de establecer servicios financieros seguros y justos para los consumidores, es destacada aquí por el Director de CI para América Latina y el Caribe, Juan Trímboli.



La crisis financiera, iniciada hace más de cuatro años, y que se extendió a la economía real, hizo que la atención de organismos internacionales, gobiernos, sociedad civil y medios de comunicación se centrara en el rol y la conducta de las instituciones financieras.

El tiempo ha ido transcurriendo, los problemas principales que estuvieron en el origen y el desarrollo de la crisis persisten, pero el grado de atención y principalmente de acciones concretas por parte organismos internacionales, autoridades de gobierno e incluso de la cooperación internacional, parecen haber disminuido.

Por ello nos estimula que recientemente y desde dos ámbitos diferentes se vuelva a poner el tema de la necesaria regulación de los servicios financieros y su vinculación con la calidad de vida de las personas.

En diciembre del 2012 fueron los Presidentes de los Estados que constituyen el MERCOSUR quienes en un comunicado conjunto "destacan la importancia de fortalecer la regulación del sistema financiero internacional y en particular de crear alternativas para la dependencia excesiva del mercado de capitales de las evaluaciones que efectúan las agencias de riesgo del crédito, mejorando la reglamentación, transparencia y administración del riesgo en el sector."

Por su parte, el primer día del 2013, y con un mayor énfasis en las consecuencias sociales, Benedicto XIV condenó las desigualdades y el egoísmo imperante "que es una de las manifestaciones de un capitalismo financiero desregulado".

Con los límites que estas afirmaciones puedan tener, especialmente la emitida por las máximas autoridades de gobierno del MERCOSUR, que no menciona iniciativas específicas para fortalecer la regulación del sistema financiero, ambas muestran que sigue presente la necesidad de transformar una cultura y política financiera que se refleja en una avaricia e irresponsabilidad desmesurada cuando se trata de maximizar las ganancias, vulnerando derechos de los consumidores y llevando a la bancarrota a la economía de numerosos países en el mundo.

Nuestro trabajo

Tanto a nivel global como regional, Consumers International y sus organizaciones miembros trabajan desde hace varios años para entregar en cada país a los consumidores de servicios financieros, mecanismos de protección cuando sus derechos son vulnerados. Pero al mismo tiempo buscamos ir a la raíz de los problemas y para ello convocamos a organismos internacionales y líderes de opinión en el mundo para debatir y abordar la ausencia de regulaciones eficaces y la falta de protección real a los consumidores.

Y este esfuerzo busca también expandir la conciencia acerca de que los enormes recursos que controlan las instituciones financieras, tanto propios como ajenos, provienen de las personas y deben destinarse para servir a esas personas. En la labor de intermediación que cumplen dichas instituciones, los consumidores son una parte interesada fundamental.

Tratando de alejarnos al máximo de la autocomplacencia, podemos decir que el esfuerzo desplegado en estos años, y en el cual también fueron actores otras organizaciones de la sociedad civil, del ámbito gubernamental y representantes del mundo académico, permitió poner algunos límites a los abusos en relación con la información y publicidad de los créditos que se otorgan; la presencia de cláusulas abusivas en los contratos ; la discriminación en el acceso a servicios financieros básicos, para mencionar solo algunos ejemplos. Asimismo y mediante un fuerte campaña internacional, basada en demandas y recomendaciones específicas, se logró que el Grupo de los 20 (G-20) reconociera, por primera vez, que no habrá estabilidad financiera en el mundo, si no se consideran e integran las políticas de protección del consumidor financiero, especialmente en el ámbito de la regulación y el control.

Podemos reconocer que se han dado pasos significativos. Pero esto no impide visualizar la lentitud en el proceso de toma de decisiones por el G-20 y la OCDE, lo inaceptable que resulta que no se disponga todavía de una organización internacional específica para apoyar la protección del consumidor financiero, y que todo esto resulte en la ausencia de políticas efectivas en materia de regulación y control.

Es esta realidad la que nos demanda redoblar esfuerzos y no permitir que el tema se debilite en la agenda internacional y en cada uno de nuestros países, como consecuencia del lobby y las amenazas (“si me aprietan no presto a las personas y a empresas”) de las instituciones financieras y la falta de decisión política de los gobiernos.

Nuevo año

En este 2013 tenemos que trabajar con objetivos precisos, y una agenda que concite la mayor suma de voluntades posibles.

A nivel global hay que continuar presionando al G-20 y exigiendo que continúe con el trabajo iniciado y cumpla con los compromisos que asumió en su declaración sobre la protección del consumidor financiero. El trabajo se verá facilitado si nos acompañan otros actores del mundo social, público y académico, y si al mismo tiempo trabajamos con autoridades gubernamentales, no solo de los países del G-20. En América Latina, por ejemplo, podemos apoyarnos en el reciente comunicado de los presidentes del MERCOSUR para dialogar con las autoridades de gobierno y las comisiones técnicas de eso organismo.

En América Latina y el Caribe priorizaremos la promoción de la Ley de Insolvencia Familiar, para lo cual estamos preparando una Guía de Incidencia sobre el tema. También implementaremos iniciativas de investigación, educación y lobby, relacionadas al endeudamiento y sobreendeudamiento de los consumidores y la necesidad de un crédito responsable. En este ámbito nos parece esencial prestar mayor atención a los incentivos que entregan los bancos a sus empleados para la venta de productos que no necesariamente son solicitados o adecuados a las necesidades de los consumidores. Y en esto podemos tener un campo de acción común con las organizaciones sindicales.

En el próximo Día Mundial de los Derechos del Consumidor, pondremos el acento en acciones concretas y relacionadas con la revisión de las Directrices de Naciones Unidas de Protección del Consumidor. Una de las enmiendas propuestas por CI refiere a la inclusión de los servicios financieros como un sector específico de las Directrices. Será otra instancia para seguir movilizándonos e insistiendo para que las instituciones financieras asuman necesariamente su responsabilidad, que es tomar en cuenta los intereses de todos los agentes económicos y sociales y no solo, como lo quería Friedman, ganar clientes e inversores para maximizar sus ganancias.

2 comentarios:

Miguel dijo...

muy interesante el articulo, el tema es bastante clave a nivel mundial y vemos que se están adoptando medidas en todos los países, con la implementación de nuevas leyes de protección al consumidor

Juan Pablo dijo...

como consumidor financiero es importante estar al tanto de todas las nuevas regulaciones que se hagan en cuanto al tema, es importante destacar la labor de funcionarios que con su esfuerzo y dedicación abogan por nuestros derechos.