Los intereses de los consumidores de la región del Asia- Pacífico podrían resultar seriamente dañados tras el Acuerdo de la Asociación Trans-Pacífico (TPP), un texto intergubernamental actualmente bajo negociación que amenaza con reducir radicalmente normas ya ganadas sobre salud, privacidad, protección del consumidor, y que se debate en secreto.
Escribe Dato’ Paul Selva Raj, Secretario General de FOMCA de Malasia, y que participó en la más reciente reunión de la sociedad civil del TPP.
El TPP es un tratado regional en curso entre los países de la región de Asia-Pacífico para integrar sus políticas comerciales a fin de (teóricamente) facilitar el desarrollo económico de los países miembros. La 15 ª ronda de las negociaciones tuvo lugar en Auckland, Nueva Zelanda (3-12 diciembre 2012).
Los once países participantes, aparte de Malasia son Estados Unidos, Vietnam, Nueva Zelanda, Australia, Canadá, México, Chile, Perú, Singapur y Brunei.
Todas las negociaciones se llevaron a cabo en secreto, por lo que las ‘revelaciones’ se basan en "documentos filtrados" o a la luz de las experiencias de otros Tratados de Libre Comercio.
En las reuniones de la sociedad civil participaron más de 200 grupos de interés de todo el mundo que debatieron sobre materias tales como propiedad intelectual, ambiente, trabajo y bienes, inversión en salud, transparencia, beneficios y comercio.
El movimiento de consumidores apoya el libre comercio, pero éste sólo debería existir dentro del marco regulatorio de un país. Los consumidores se benefician del libre comercio debido a la competencia más abierta y una mayor eficiencia de la industria local, que generalmente llevaría a precios más bajos y a una mejor relación calidad-precio.
Sin embargo, los intereses nacionales y locales respecto del bienestar de consumidores y trabajadores no deberían descuidarse. Debería haber un fuerte espacio político para que el gobierno asegure la protección y el bienestar del consumidor.
Desde la perspectiva del movimiento global de consumidores, el TPP debe avanzar en el libre comercio sólo cuando esto pueda hacerse sin infringir los ocho derechos del consumidor.
Los derechos, ¿dónde están?
En este contexto, es obvio que en estas negociaciones se está pasando a llevar el derecho más fundamental: derecho a ser escuchado/a. Las negociaciones parecen llevarse a cabo con gran secreto, aparte de los negociadores, otros sectores interesados - los consumidores, trabajadores, ecologistas, defensores de la salud y de la sociedad civil en general - se mantienen en la oscuridad.
No obstante lo anterior los resultados de las negociaciones tendrán graves repercusiones en la calidad de vida de los consumidores y de los trabajadores, ahora sin acceso a la negociación o medios para influir en el proceso. A menudo lo que se sabe acerca de las deliberaciones es a través de filtraciones informativas. Esto es una violación fundamental de los derechos de los consumidores.
En el ámbito del derecho a satisfacer las necesidades básicas, una de nuestras preocupaciones mayores es el impacto que tendrán las negociaciones sobre los medicamentos y la salud.
A través de diversos medios, tales como extender las prácticas actuales y la introducción de nuevas medidas, incluyendo solicitudes de patentes cada vez mayores, prolongando la vida útil de patentes, lo que limita los genéricos, y la prevención de la importación paralela, las compañías farmacéuticas están haciendo que sea más difícil para los gobiernos garantizar el acceso a los medicamentos de parte de la población.
Medicamentos
Se espera que a través de estas negociaciones, habrá una grave limitación en el suministro y la disponibilidad de fármacos genéricos. Las principales víctimas serán los pacientes que sufren de una amplia gama de dolencias, que tendrán que pagar mucho más. Si los precios son demasiado altos que esto tendrá un enorme efecto negativo en el acceso a la medicina ya la salud de las personas.
Por parte del gobierno de Malasia, el Ministerio de Salud, que actualmente subsidia los medicamentos, ahora tendrá que pagar por sus mayores costos como resultado de estas disposiciones.
Por ejemplo, la versión patentada de los medicamentos para tratar el VIH/SIDA cuesta US$ 15.000 por paciente al año, pero la versión genérica sólo cuesta US$99 dólares por paciente al año.
Esto sin duda tendría un impacto en los costos de la atención de salud. Funcionarios costarricenses estiman que sin las opciones genéricas, el Sistema de la Seguridad Social tendría que aumentar su presupuesto farmacéutico de US$ 70 millones a US$390 millones de dólares para ofrecer la misma cobertura.
En muchos países, los gobiernos están llevando a cabo políticas agresivas para reducir el tabaquismo en la población; sin embargo, estas negociaciones disminuirían su capacidad para utilizar iniciativas, políticas y programas para proteger a su pueblo de enfermedades relacionadas con enfermedades y muertes producidas por el tabaco.
Alimentos
Las empresas multinacionales son conocidas por su agresiva comercialización de alimentos poco saludables a los consumidores, especialmente hacia la población infantil. La consecuencia es un creciente riesgo de enfermedades no transmisibles como cáncer, diabetes y enfermedades del corazón.
Estos acuerdos reducirían la capacidad de los gobiernos para intervenir en el mercado a fin de promover la salud pública y reducir la comercialización y disponibilidad de alimentos altamente procesados.
Con respecto al derecho a la seguridad, las negociaciones pueden inhibir la regulación gubernamental de los alimentos tratados con hormonas o ingeniería genética. Así, los consumidores estarán en mayor riesgo de experimentar resultados negativos en su salud.
El etiquetado de los alimentos potencialmente peligrosos también puede ser inhibido. Los consumidores tienen derecho a ser informados de lo que consumen para que puedan tomar decisiones informadas. Estas negociaciones están en línea con los intereses de las empresas que no quieren el etiquetado de los alimentos, incluida la comida riesgosa.
La creciente intervención de las transnacionales ha provocado una explosión en la disponibilidad de alimentos procesados y bebidas gaseosas, mientras que las restricciones existentes en los acuerdos han limitado a los gobiernos nacionales para promover y proteger la salud pública. La consecuencia es un aumento dramático de enfermedades como la obesidad, la diabetes y el corazón entre los malayos. Altos niveles de azúcar y alimentos procesados están aún siendo promovido agresivamente a los niños.
En los servicios financieros, las negociaciones limitan la capacidad gubernamental para regular los productos financieros de riesgo, aumentando las amenazas financieras y económicas para los consumidores. Después del impacto perjudicial de los productos de riesgo en Occidente, parece que hay intentos de exponer a los países en desarrollo a riesgos similares.
El TPP debería promover el derecho a elegir de los consumidores. Sin embargo, en muchas zonas, disminuye la elección restringiendo las importaciones paralelas, reduciendo los medicamentos genéricos y limitando el acceso a obras legislativas disponibles.
Y los otros derechos?
El derecho a la reparación se ve seriamente obstaculizado en el TPP. En los sistemas de mitigación, los consumidores deben tener el mismo acceso que la industria. Sin embargo, el TPP crearía condiciones desiguales proporcionando a los inversionistas un acceso especial a tribunales extranjeros para desafiar las regulaciones nacionales. Los países miembros del TPP podrían, entonces, estar limitados si quieren introducir nuevas leyes de consumo.
El derecho a la educación también puede ser reducido a través del TPP. La educación del consumidor así como otro tipo de educación será reducida por una más fuerte protección de derechos de autor.
La experiencia en otros países ha demostrado que estos acuerdos aunque introduzcan cambios en el régimen de derechos de autor, reducen el acceso al conocimiento a los consumidores, aumentan los costos para las instituciones que ofrecen acceso público a los materiales, tales como bibliotecas y universidades, y en última instancia, frenan la innovación.
Por último, el derecho a un medio ambiente sano también se está reduciendo. Las empresas pueden demandar a los gobiernos en el tribunal internacional de indemnización por nuevas leyes o reglamentos que ellas señalan que constituyen una apropiación de facto de su propiedad. En el pasado, las regulaciones ambientales han sido el blanco más común de dichas demandas. Asimismo, el TPP puede limitar la capacidad de los gobiernos de tomar medidas firmes para proteger a sus ciudadanos de las consecuencias ambientales.
Derechos limitados y reducidos
Es evidente que en muchas áreas, los derechos básicos de los consumidores están siendo violados o reducidos severamente. Las consecuencias de esto serían altos precios y mayores riesgos para la salud, las finanzas y los riesgos ambientales.
En Auckland, en el diálogo mantenido entre la sociedad civil y diversos grupos de interés de los países del TPP participantes y los jefes de los negociadores nacionales, el así llamado diálogo se llenó de negociadores que hablan mucho, pero no dicen nada. Era una lógica circular de no abordar directamente las preocupaciones de la sociedad civil pero continuamente explicar que las negociaciones están en curso, que hay un proceso y que los intereses de todos serán considerados.
FOMCA insta al gobierno de Malasia a poner los intereses y el bienestar de los consumidores malayos en primer lugar. No hay duda que los inversionistas de los países desarrollados utilizarán el TPP para promover sus intereses y beneficios, no preocupados acerca de la protección y el bienestar de los consumidores y los trabajadores en el país de origen. Tenemos que ser firmes para proteger nuestros intereses.
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