23 junio, 2013

La mirada estratégica de los consumidores


Cuando las organizaciones de consumidores de la región tienen la posibilidad de encontrarse, intercambiar experiencias,  propuestas y debatir temas relevantes, el movimiento en su conjunto avanza, escribe Juan Trímboli, Director para América Latina y el Caribe de CI. 

Esto ocurrió en el reciente encuentro regional que tuvo lugar en Santiago de Chile, que contó con  la presencia de 25 organizaciones miembros de CI, provenientes de 14 países y donde se expusieron los buenos resultados del  proyecto CI/IDRC sobre el uso de TICs para potenciar la participación e incidencia de los consumidores y sus organizaciones. 

Y  cuando el movimiento avanza, los derechos de las personas se fortalecen y su calidad de vida mejora. Por ello los temas que se debatieron no constituyeron un puro ejercicio intelectual. 

Para los consumidores no es indiferente que se respete la privacidad de los datos personales, o contar con servicios de banda ancha justos y de alta calidad, o que países de la región se sumen a un  Acuerdo de Asociación Trans-Pacífico (TPP) con contenidos  que vulneran derechos esenciales en el ámbito de Internet, en el acceso  a la salud, los alimentos y la cultura. Tampoco es indiferente que logremos o no  actualizar las Directrices de Naciones Unidas, incorporando disposiciones en materia de servicios financieros, acceso al conocimiento, energía y representación de los consumidores.

Las organizaciones de consumidores, asentadas en el trabajo cotidiano, tienen una mirada estratégica siempre atenta a los cambios económicos, tecnológicos, políticos, sociales y culturales que nos afectan, tanto para formular políticas como para mejorar sus niveles de incidencia. 

La fortaleza y sustentabilidad de las organizaciones de consumidores es esencial para incidir en los ámbitos de decisión, poner límites a los abusos e impulsar políticas públicas que den solidez y permanencia a sus demandas. 

Es por esto que un eje central  de los debates de este encuentro regional se orientó a precisar las prioridades involucradas en la sustentabilidad institucional y financiera, a ubicar nuestras fortalezas y debilidades y a definir lo que CI puede hacer para contribuir con más eficacia al fortalecimiento del movimiento.

Las reflexiones y propuestas que las organizaciones nos dejaron como producto de su trabajo, vamos ahora a sistematizarlas, analizarlas y convertirlas en iniciativas y políticas de esta oficina regional.

Los resultados de este trabajo los volveremos a someter a la opinión de nuestros miembros para así seguir construyendo juntos los caminos de este movimiento que sigue demostrando su capacidad y voluntad para asumir y representar con eficacia los intereses de la población  en el ámbito de las relaciones de consumo.

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