LUIS FLORES MIMICA, Encargado de Políticas y Campañas de CI en América Latina, se refiere a continuación a la forma en que nuestras elecciones
definen mercados y patrones de consumo, la relevancia y objetivos de la Educación para el Consumo Sostenible y el proceso desarrollado desde esta región por la Red PERL.
La educación para el consumo
sostenible, escribe, "debe ser un instrumento de concienciación sobre los derechos del
consumidor"; y su desafío está en establecer medidas proactivas además de las de protección: hacer elecciones reflexivas que también conduzcan al cambio social.
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Aunque tal vez no nos demos cuenta de sus consecuencias, las
elecciones que hacemos todos los días como consumidores y consumidoras tienen
un impacto mucho mayor del que somos capaces de percibir.
Nuestras elecciones
definen mercados y patrones de consumo, afectan a nuestros recursos naturales y
ecosistemas y marcan una diferencia en la comunidad global, contribuyendo, por
ejemplo, al cambio climático y al abuso o respeto de los derechos humanos.
Elegir lo que se compra es votar en el mercado, apoyando o rechazando
determinadas prácticas corporativas. Elegir lo que se compra también implica
enviar un mensaje a aquellos que toman decisiones en ámbitos gubernamentales.
Por otra parte, la educación es uno de los instrumentos que mejor puede
contribuir a que los ciudadanos hagan elecciones responsables, que satisfagan
sus necesidades y aspiraciones, pero que además respeten a las demás personas y
su entorno. De este modo, a través de la educación se puede conseguir
reconciliar las prácticas de consumo con la libertad y la responsabilidad.
La Educación para el Consumo Sostenible (ECS) tiene la
finalidad de desarrollar conocimientos, habilidades y actitudes que permitan a
los ciudadanos y comunidades ser protagonistas del cambio hacia comportamientos
de consumo sostenibles.
El objetivo es asegurarse de que las necesidades
básicas de la comunidad global están cubiertas, que la calidad de vida para
todos mejore y que se evite el uso ineficiente de recursos y la degradación
medioambiental.
La ECS proporciona información y conocimiento sobre el impacto
social y medioambiental de las elecciones que las personas hacen en su vida
cotidiana, así como sobre soluciones y alternativas que funcionan. La ECS
integra libertades y derechos fundamentales, como son los derechos del
consumidor, y tiene la finalidad de empoderar a la ciudadanía para que
participe en el debate público de manera informada y ética.
Durante el año 2009 la oficina de CI para América Latina y
el Caribe fue invitada a desarrollar y coordinar en América Latina una red de
investigación e implementación en temas de educación para el consumo sostenible
y estilos de vida responsable (PERL, por sus siglas en inglés). Se
trata de una red, con más de 140 instituciones y alrededor de 50 países,
formada en Europa principalmente por académicos dedicados a temas de educación
y formación ciudadana.
A mediados del año 2010 la Red Latinoamericana de PERL tuvo
su primera reunión en Buenos Aires, Argentina, y contó con la participación de
algunos académicos y organizaciones de consumidores miembros de CI de
Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México y Perú.
El principal objetivo en torno al cual la red Latinoamericana de PERL acordó trabajar hasta el año 2015 fue la promoción de la investigación, el desarrollo y la práctica del consumo sostenible en la región. La segunda reunión de la red se realizó el año 2011 en San Miguel de Allende, México, y en ella se acordó una matriz de trabajo para elaborar informes nacionales sobre el estado actual de la educación para el consumo sostenible entre los países participantes; además en este encuentro se sumaron organizaciones de Costa Rica y Colombia. La tercera y más reciente reunión de la red tuvo lugar el año 2013 en Bogotá, Colombia, y su principal propósito fue reflexionar en torno a los vínculos entre la educación para el desarrollo sostenible y la educación para el consumo sostenible y su implementación en los países de la red. En este encuentro se sumó a la red una organización de Bolivia y, además, participaron representantes de gobierno de Chile y Colombia.
El trabajo desarrollado a través de la coordinación de la Red Latinoamericana de PERL llevó a CI a vincularse con dos relevantes procesos internacionales de la Organización de Naciones Unidas, dentro de los cuales el tema de educación para el consumo sustentable era fundamental:
- El Proceso de Marrakech para el Consumo y laProducción Sostenibles (2003- 2011), que luego de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre elDesarrollo Sostenible se transformó en el Marco Decenal de Programas para el Consumo y la Producción Sostenibles (10YFP).
- La Década de UNESCO para la Educación para elDesarrollo Sostenible.
De este modo, CI formó parte de la comisión de expertos que
desde 2013 trabajó en la formulación del “Programa sobre Estilos de Vida
Sostenible y Educación” del Marco Decenal de Programas para el Consumo y laProducción Sostenibles
que junto al Programa de Acción Global para la Educación para el DesarrolloSostenible de UNESCO
serán las instancias internacionales de coordinación de la continuidad de la
Década de UNESCO, que fue cerrada en Nagoya, Japón, en la Conferencia Mundial sobre la Educación para el Desarrollo Sostenible.
En la actualidad, la educación y sus procesos asociados se
están redefiniendo para determinar mejor cómo preparar a las personas para la
vida moderna (para las demandas de una sociedad en cambio constante, para una
creciente crisis ambiental y social y para los cada vez mayores cambios
tecnológicos, entre otros).
Aunque en un gran número de países ya se enseñan y
se promueven muchos de los elementos propios de la educación para el consumo
sostenible (ECS), aún existe una ausencia general de coherencia y faltan
esfuerzos de innovación.
Conceptualmente, la visión de la educación para el
consumo sostenible basada en el desarrollo humano sostenible y contextualizada
en el marco de la educación global para el desarrollo sostenible es, en
numerosas ocasiones, imprecisa o inexistente. Y, en muchas ocasiones, los
contenidos de la ECS se presentan de manera fragmentada y basados en
conocimiento y modelos científicos no actualizados, que funcionan mal en la
vida real.
El gran desafío actual de la educación para el consumo
sostenible es la concienciación de las personas sobre el importantísimo rol que
tienen en el desarrollo social, así como empoderarlos para que escojan estilos de vida responsables y sostenibles. Lo anterior implica
facilitar oportunidades de aprendizaje sobre los sistemas y procesos ligados al
consumo. También involucra reaprender y reorganizar la información en contextos más amplios.
Además de todo ello, es imprescindible
considerar el valor de la prosperidad material e inmaterial y el significativo
sentido del servicio a los demás. La situación actual indica que existe una
necesidad de continuar desarrollando habilidades analíticas y
reflexivas para decodificar los extensos y agresivos mensajes comerciales a los
que todo el mundo está constantemente expuesto. La educación para el consumo
sostenible debe ser un instrumento de concienciación sobre los derechos del
consumidor.
El desafío está en establecer medidas proactivas además de las de protección. Estas medidas deben
contribuir a que las personas aprendan a actuar como ciudadanos que no sólo
hacen elecciones reflexivas y selectivas sobre su estilo de vida, sino que también
contribuyen al cambio social, a través de la búsqueda de soluciones creativas y
mediante su participación en los debates y diálogos que tienen influencia en la
definición de políticas.
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