Hablando en el Festival The Web We Want (la web que queremos) en el Southbank Centre, en Londres, la Directora General de CI Amanda Long, explica por qué una 'Carta Magna' para Internet podría ser el vehículo para hacer valer de la misma manera los derechos de los consumidores ya establecidos, para los consumidores digitales.
El concepto para desarrollar una Carta Magna para Internet es una iniciativa que está adoptando Sir Tim Berners-Lee y la Fundación World Wide Web.
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La web ha transformado las experiencias de los consumidores para mejor, con Internet cambiando fundamentalmente la forma en que las personas interactúan y realizan transacciones en los mercados.
Ahora podemos participar en el momento que elijamos, recurrir a un enorme volumen y variedad de información, seleccionar a partir de una oferta de elección sin precedentes; todas con acceso a los mercados mundiales en los dispositivos manuales.
Internet también transforma las nociones de lo que realmente es ser un consumidor; somos pro-consumidores y colaboradores en la web. Creamos y compartimos contenidos, incluyendo la calificación y la revisión de nuestras experiencias.
Debido a que la web garantiza el acceso a un medio de comunicación de masas donde la información fluye de abajo hacia arriba, a escala, por primera vez en la historia, emergen nuevas y dinámicas formas de empoderamiento de los consumidores.
Sin embargo, mientras Internet hace que la colaboración sea fácil - la formación de grupos para sumar demandas tras un objetivo común, por ejemplo - estos beneficios involucran grandes desafíos.
Debido a que la web garantiza el acceso a un medio de comunicación de masas donde la información fluye de abajo hacia arriba, a escala, por primera vez en la historia, emergen nuevas y dinámicas formas de empoderamiento de los consumidores.
Sin embargo, mientras Internet hace que la colaboración sea fácil - la formación de grupos para sumar demandas tras un objetivo común, por ejemplo - estos beneficios involucran grandes desafíos.
La tecnología está pasando a llevar la protección del consumidor
Ya en 1962, en un discurso histórico ante el Congreso sobre Protección al Consumidor, el presidente Kennedy observó que "la marcha de la tecnología...ha aumentado las dificultades de los consumidores junto con las oportunidades; y han pasado de moda muchas de las viejas leyes y reglamentos y hecho una nueva y necesaria legislación".
Para nuestras organizaciones miembros, esta observación tiene una preocupante relevancia en la actualidad.
En nuestra reciente encuesta sobre Protección al Consumidor sus respuestas contenían un claro mensaje respecto a que la rápida evolución de la economía digital está dejando atrás y superando la protección del consumidor. El 76% consideró que la aplicación de la protección del consumidor era inefectiva en la economía digital, peor que en cualquier otro sector.
El acceso es un reto importante para los consumidores; la mayoría aún debe usar Internet, por no hablar de ver los beneficios. También está la cuestión de tener una conexión confiable y buena, accesibilidad, calidad de servicio al cliente de parte de los proveedores. Además, con frecuencia los contratos y acuerdos de licencia para los usuarios son injustos, demasiado largos, demasiado complejos y demasiado inflexibles, haciendo ver el consentimiento como un acto de capitulación.
Paralelamente, en algunos casos, los datos de los consumidores están siendo explotados por empresas que los utilizan para dar lugar a precios discriminatorios y personalizados. La cuestión de "¿quién es dueño de nuestros datos?", es un tema de actualidad cada vez más importante.
¿Por qué necesitamos una Carta Magna para la web?
Realmente estamos en una etapa vital en la evolución de la web; en el siglo digital es un servicio esencial. Teniendo en cuenta los desafíos que enfrentan los consumidores necesitamos establecer los derechos de los usuarios y asegurar que sean respetados. Una 'Carta Magna' para la web tiene el potencial de ser:
Ya en 1962, en un discurso histórico ante el Congreso sobre Protección al Consumidor, el presidente Kennedy observó que "la marcha de la tecnología...ha aumentado las dificultades de los consumidores junto con las oportunidades; y han pasado de moda muchas de las viejas leyes y reglamentos y hecho una nueva y necesaria legislación".
Para nuestras organizaciones miembros, esta observación tiene una preocupante relevancia en la actualidad.
En nuestra reciente encuesta sobre Protección al Consumidor sus respuestas contenían un claro mensaje respecto a que la rápida evolución de la economía digital está dejando atrás y superando la protección del consumidor. El 76% consideró que la aplicación de la protección del consumidor era inefectiva en la economía digital, peor que en cualquier otro sector.
El acceso es un reto importante para los consumidores; la mayoría aún debe usar Internet, por no hablar de ver los beneficios. También está la cuestión de tener una conexión confiable y buena, accesibilidad, calidad de servicio al cliente de parte de los proveedores. Además, con frecuencia los contratos y acuerdos de licencia para los usuarios son injustos, demasiado largos, demasiado complejos y demasiado inflexibles, haciendo ver el consentimiento como un acto de capitulación.
Paralelamente, en algunos casos, los datos de los consumidores están siendo explotados por empresas que los utilizan para dar lugar a precios discriminatorios y personalizados. La cuestión de "¿quién es dueño de nuestros datos?", es un tema de actualidad cada vez más importante.
¿Por qué necesitamos una Carta Magna para la web?
Realmente estamos en una etapa vital en la evolución de la web; en el siglo digital es un servicio esencial. Teniendo en cuenta los desafíos que enfrentan los consumidores necesitamos establecer los derechos de los usuarios y asegurar que sean respetados. Una 'Carta Magna' para la web tiene el potencial de ser:
- Global en su aplicación y alcance;
- No sujeta a los caprichos de la implementación que afligen a las respuestas institucionales;
- Recurrir a la voz, aspiraciones y prioridades de los usuarios de Internet en su redacción y reflejarlas en su forma final;
- Una herramienta eficaz de autorregulación si las empresas se comprometen voluntariamente con sus principios;
- El estímulo, la construcción de la voluntad política para desarrollar la legislación pertinente y para la elaboración de políticas en los países.
La web que queremos
La iniciativa de la Carta Magna representa una oportunidad ideal para articular una visión de la web en la que:
- La innovación pueda todavía avanzar sin afectar los derechos establecidos;
- El éxito comercial en línea no se base en un modelo de negocio que explote a los usuarios, sino que garantice a los usuarios ser capaces de explotar el potencial de todo Internet.
La 'Carta Magna' podría ser el vehículo para entregar esto. Los derechos de los consumidores tienen el potencial de ser uno de los agentes claves para el cambio global.
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